09 abril, 2008

Sin llaves, la banqueta...



Es miércoles, y es un día frustrante, como todo lo que siempre esta “en medio”. A la mitad del día llegue a casa con la turbia intención de tener una tarde feliz, como hace mucho tiempo no tenia, quería comer con la familia, hablar las cosas triviales de siempre, luego quedar sola y ver tal vez alguna película, quería Oregín, sigo obsesionada con esa cinta desde que hable con cierta persona sobre ella; después quería leer, comer más, estar íntimamente con la música, reconciliarme con mi melómana existencia, y no sé… finalmente podría dormir, pensar y nada.
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Pero me encontré con que al llegar a casa no había nadie, y mis manos dentro del bolso me reprocharon la ausencia de alguna llave. ¡Mierda! Y me empecé a reclamar lo mismo de siempre, esa naturaleza distraída mía, y me senté en la acera a esperar con el calor violento de estos días. Y comencé a planear lo que iba a “pensar” mientras estuviera esperando ahí, decidí que pensaría en el “futuro”. -¡En dónde pararemos con este arte abreviado!- pensé enseguida que voltee el rostro para encontrarme con una pared llena de grafiti, cómo le haremos, cada día esta flaca ciudad se vuelve mas raquítica junto con sus habitantes pequeños y vulnerables, nadie hace nada, nadie dice nada, y a veces siento que fuera una película que se repite una y otra vez. Luego vi pasar a una pareja, parecían contentos, ella iba abrazándolo por la cintura, y él a ella por los hombros, el chico volteo y me sonrió, y a medida que se iban alejando él seguía volteando hacia mí y sonriéndome. ¿Qué putas es el amor? Grite para mis adentros, qué cosa es eso, que objeto, sentimiento, alimento, necesidad, órgano, libro, canción, bicho, enfermedad, maldición, qué cosa es que duele tanto. Y recordaba las definiciones que había escuchado durante mi vida sobre el amor, la de Sócrates, Jesús, Sabines, la de mi madre, la de Herschel, la de mi abuelo, la que leí el sábado pasado en el libro de Levítico, donde los sabios comentaban que el ser humano tiene dos partes, una femenina y una masculina, y cuando vienen al mundo esas dos partes se separan, y cuando tienes los suficientes meritos es entonces cuando logran juntarse, y son relativamente “felices”… el problema es que ahora, en este mundo, nadie quiere encontrarse realmente con uno mismo. También estaba la definición de siempre, la de la infancia, la educación religiosa, pero en esos momentos no me servía, no respondía mis preguntas. Yo a veces creo que la eternidad del amor se encuentra en lo imposible de él, y una vez siendo posible se vuelve efímero, y se acaba, como todo.
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Hubo un minuto de nada, y enseguida acorde que me estaba poniendo muy cursi y después vendría el fatalismo trasnochado. Y recordé que había decidido pensar sobre el futuro.
Nada. Mente en blanco, como si al minuto siguiente fuese a morir, realmente no había “nada” en mis pensamientos acerca del futuro. Trate de pensar en la universidad, y me tropecé en el intento con una serie de estornudos agresivos, era el sol, esas malditas reacciones de gente enferma, una alergia a todo y a todos; nunca olvidare esa alergia a la brea del arco del violín, eso era bastante cruel, o estornudaba o tocaba. Y el futuro seguía sin surgirme como idea posible, y saque a Baudelaire de entre mis escombros de estudiante. Abrí exactamente en el final de “Abel y Caín” que decía, “Raza de Caín, sube al cielo y arroja a Dios sobre la tierra”. Pobre Dios, no sé qué tiene la humanidad contra Él y más últimamente, si yo fuera Él ya hubiera hecho un plan donde la tarea de ser Dios fuera por turnos y cada vez uno y otro humano se encargara de ello, quién sabe qué pasaría, si tan solo con ese suceso llamado “política” la gente se recaga en su poder, Dios realmente debe ser alguien especial para no haber caído en eso, qué sé yo, ni si quiera sé nada de Él.

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Al final estaba llena de nada, todo me parecía funesto, el arte, el amor, el futuro, mi enferma existencia, el sol, los sabios, las mujeres, los hombres, Dios, y hasta la cocaína. Me quede dormida sobre las rodillas hasta que llego mi madre que casi me atropella, creo que quería matarme realmente, 1.76 m creo que se alcanzan a ver. Y la tarde quedo solamente en el tabaco, la cara mojada, y la misma puta tristeza de siempre, ¡Ah, como eres fiel!

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5 comentarios:

Ofelia Waltz dijo...

Este es fácil comentarlo, a este si vengo y le doy una sonrisa...no sé, cuestión de enfoques,es que aquí tristeza también hay y mucha.
El diario es necesario para esta profesión de perdido.Escucho a Bunbury, nunca me gustó demasiado pero Brenda lo ama, entonces estas vacaciones hubo mucho de él...y conozco esa y me gusta, es funesta. Llevamos a cuestas cierta fijación con esto, con eso, aquello.

Hoy no vendré más y en realidad llevo prisa, llevo prisa por irme aunque quiera quedarme, a veces es necesario hombres, mujeres, muchas mujeres, cigarros y ebriedad, es necesario no llegar a casa, sentir el vicio recorrer tus venas y despertar aturdido sin saber que sucedio.

Señorita Daitsch de nuevo vine y me quede a escuchar un poco de su música y sentir como si de verdad nos conocieramos, eso también a veces, es necesario.

Anónimo dijo...

Me hubiese gustado quedarme ahi contigo. Bisuos.
Alejandro.

Anónimo dijo...

Ditraída, si no fueras distraida no fueras tú. Es gracioso, como la señorita de arriba, yo tambien escucho a tu queridisimo Bunbury mientras te leo, "Al final" es lo que escucho, es muy tú esa canción Aby, bien triste wei, como siempre.

Y ké pedo con el amor!!
Te he dicho que eso no es para ti! que no te metas en esos rollos turbios que te pueden matar! jaja

Dejalo baby, que todo pasa! siempre me lo dices.

Beeeeeesos

Jorge Alejandro dijo...

abyy, que manera de describir una espera fuera tu casa por no traer llaves, muy bien!

Maestro Ocultista dijo...

Soy español y me gusta mucho Bumburí, sobre todo su canción "La herida". Me encanta que la música no tenga fronteras. Sobre pensar sobre el futuro en las empresas te preguntan: ¿Cómo se imagina usted dentro de diez años" Yo pienso "Quién lo sabe"
Un abrazo.
www.evayjaime.com/joseimaginacion